Aunque la protección del medio ambiente es muy
compleja, cada uno de nosotros, desde nuestro sencillo hogar, podemos hacer
mucho por la protección y recuperación de nuestro planeta. Educar a los más
pequeños de la casa como ciudadanos responsables y cuidadosos con el entorno
que les rodea es más fácil de lo que piensas si se lo explicas todo con
conceptos sencillos y predicas con el ejemplo.
Enséñale la regla de las 3 R
Se basa en los 3 conceptos: reducir,
reciclar y reutilizar.
- Reducir la cantidad de basura generada, de papel empleado, de agua consumida...
- Reciclar todos los materiales que sea
posible, desde el
papel a las basuras pasando por juguetes.
- Reutilizar todos los objetos de la casa
dándoles un nuevo uso.
La caja de la televisión puede ser un perfecto baúl para guardar juguetes, con
una camiseta vieja hacer una marioneta o una lata de refresco con la tapa
debidamente lijada será un original portalápices. Más ideas para reciclar.
Respetar la naturaleza
- Enséñale para qué sirve cada contenedor: el verde para productos orgánicos, el
amarillo para botellas y envases de plástico y latas, y el gris para desechos.
Pídele que se encargue de la separación y el reciclaje de las basuras, de
guardar los periódicos y papeles desechados, de cambiar la bolsa del contenedor
amarillo cuando ya esté llena.
- Explícale cómo se ahorra agua.
Acostúmbrale a cerrar el grifo mientras se lava los dientes y ducharse en lugar
de bañarse.
- Acostúmbrale a ahorrar energía pagando las luces encendidas
sin necesidad o desenchufando el videojuego.
- Explícale el sentido de ir al cole
andando o en bici si ya es mayor.
- Cómprale
cuadernos de papel reciclado y
productos ecológicos y ponte en contacto con el consejo escolar y la AMPA para
organizar mercadillos solidarios, trueques de juguetes, periódicos elaborados
por ellos mismos en los que puedan expresar sus preocupaciones en esta
materia...
- En vacaciones, que juegue a observar la naturaleza,
la contaminación, cuidar los residuos, háblale de los diferentes transportes y lo
que contamina cada uno y utilizad el público.
En definitiva, intenta dotar a tu hijo de los medios
necesarios para que pueda canalizar su inquietud ecológica.
10 JUEGOS DE ECOLOGIA
1. Recicla papel
Necesitarás agua, papel (si es de distintas texturas, mejor), una
batidora (valdrá
la de la cocina), un barreño de plástico, un
bastidor o marco de madera con una malla (puedes hacerlo tú mismo), unos
libros para usar a modo de prensa y una tela de algodón. Corta el papel en trozos muy pequeños
y déjalos en remojo una o dos horas, hasta que se forme una pasta. Si usas agua
caliente, tarda menos en deshacerse. No olvides cambiar el agua de vez en
cuando, a medida que se vaya tiñiendo con la tinta del papel. Tritura la pasta
con la batidora hasta obtener una masa homogénea y viértela en el barreño. Si
crees que es demasiado espesa, y no quieres que el papel obtenido parezca
cartón, puedes añadir un poco de agua. Mete el bastidor en el barreño hasta que
toda la malla quede cubierta por la pasta. Si quieres una capa de papel más
gruesa, deja que entre más masa. Saca el bastidor y deja que el agua sobrante
escurra para volcarlo con mucho cuidado sobre la tela de algodón. El papel irá
secándose poco a poco. Coloca unos libros encima para que quede completamente
liso. Puedes conseguir papeles de colores añadiendo al agua tintes vegetales o
químicos, infusiones...
2. El
detective del agua
Deja que tu hijo descubra toda el agua que podéis
ahorrar investigando los grifos y llaves de paso de toda la casa. Coloca
recipientes debajo
para ver cuántas gotas se pierden y que calcule cuánto se ahorraría al cabo del
año si se arreglase esa avería y reparadla juntos o llamad a un fontanero.
Pídele que siga investigando vuestro hogar, el colegio, la casa de los
abuelos... y que prepare un completo informe.
3. Hacer
compost
Prepararlo es una forma sencilla de devolver a la
tierra lo que obtenemos de ella. Sólo necesitas: una
caja grande, bolsas de basura, material vegetal, tierra y desechos vegetales y
una pala pequeña. Coge
una caja y fórrala por dentro y por fuera con bolsas de basura. Haz unos
agujeros en los lados para facilitar la ventilación. Coloca tu depósito en un
lugar soleado y que tu hijo vaya añadiendo los desperdicios de la cocina,
materia vegetal y un poco de tierra. Removed la mezcla cada pocos días con una
pala. En un par de semanas, si hace buen tiempo, tendrás un abono perfecto para tu jardín y macetas.
4.
Imaginación reciclada
Los restaurantes de comida rápida suelen guardar sus
platos en envases de poliestireno. Aunque muchas de ellas están
reduciendo el uso de este material por cuestiones medioambientales, la mayoría
de ellas siguen empleándolos. Aprovecha para darles un nuevo uso. Con ellos
puedes preparar semilleros para vuestro jardín o convertirlos en
una bonita maceta para
una planta pequeña. Guarda en ellos sus canicas y cromos o que los use a
modo de canasta en las que encestar objetos pequeños como bellotas o huesos de aceituna.
5. Una
barca ecológica
También puedes usarlos para fabricar originales
barquitas. Para
ello necesitas, además del envase, un lápiz
o palo, papel y cinta adhesiva. Puedes fabricarla de dos maneras: bien
separando la parte inferior de la superior y usándolas para montar en ellas a
sus juguetes favoritos; o dejándola intacta, haciendo un agujero en el centro y
colocando el lápiz o palo a modo de mástil. A su alrededor, coloca un trozo de
papel que habrás cortado con forma de triángulo como si fuese una vela. ¡Ya
pueden organizar sus propias regatas!
6.
Tarjetas solares
Aprovecha tus lecciones de ecología para explicarle a
tu hijo que hay formas de energía renovables y no
contaminantes, como
la solar. Para que entienda mejor el enorme poder del astro rey, podéis
preparar unas originales felicitaciones de cumpleaños. Coge una cartulina de un color vivo,
dóblala por la mitad y coloca sobre ella distintos objetos: flores,
lazos de tela, llaves, pequeños juguetes o recortes de letrasque
hayas hecho previamente en papel. Ponla al sol durante todo el día. Al caer la
noche, retira los objetos. Tu hijo se quedará alucinado al comprobar que la
cartulina se ha desteñido por la acción de los rayos del sol sobre ella,
dejando la silueta de los objetos que colocásteis.
7. El inspector Reciclón
¿Dónde hay que echar los bricks de leche ya usados?
¿En qué contenedor depositamos el papel? Reciclarno
siempre es fácil. En el día a día surgen muchas dudas sobre a qué contenedor
hay que echar cada residuo. Enseña a tu hijo dónde va cada cosa y encárgale que sea él el responsable de
vigilar que toda la familia cumple con las normas de reciclaje. No dudes en
darle permiso para poneros una pequeña "multa" si cometéis alguna
infracción.
8. ¡Qué
asco de contaminación!
Aunque haya oído muchas veces que la
contaminación es
esa especie de boina negra que cubre la ciudad y que causa muchas enfermedades
y agrava otras, vamos a poner en práctica un experimento "visual" para que el niño sea consciente de
sus efectos. Pídele que haga un dibujo en un papel o que coloreeuno que ya tenga. Coloca sobre él tapones de botellas
y tapas de tarros. Deja la cartulina y los tapones al aire libre, protegidos de
la lluvia y del sol, durante unos días. Cuando quite los tapones, verá que las
zonas protegidas por los tapones están del color que él pintó y las otras se
han teñido de un tono grisáceo.
9. ¿Qué
es biodegradable?
En tus excursiones al campo enseñarás a tu hijo que
puede tirar la peladura de una manzana al campo pero no la servilleta con que
se ha limpiado. Para conseguir que el niño interiorice estas normas es
fundamental explicarle por qué podemos tirar unas cosas y no otras, que
comprenda qué
es biodegradable y qué no. Y para enseñárselo vamos a hacer un juego
de observación en
casa.Coge dos envases vacíos de yogur, llénalos de tierra húmeda y entierra en
uno un trozo de plástico y en otro una hoja que hayáis cogido en el parque.
Déjalo en reposo durante dos semanas, cuidando que la tierra esté siempre
húmeda. Pasado este tiempo verá que la hoja se ha descompuesto y ha servido de
alimento a la tierra, mientras que el plástico sigue íntegro.
10. Érase una vez...
Las lecciones de ecología se aprenden poco a poco, con constancia y
esfuerzo. Aprovecha estos 6 cuentos de ecología para niños y que lea uno cada día antes de irse a la
cama.